Día 16 Bari – Caserta 420 km. La Costa Amalfitana.

Día 16 de viaje. En Caserta, al norte de Nápoles. Italia. Escuchando Rome de Daniele Luppi y Danger Mouse, me flipa este disco.

Me asomo al amanecer por la ventana del hotel, ayer llegamos de noche y ni sabíamos donde estábamos. Quinto piso, buenas vistas de la periferia de Bari que es tan fea como casi todas. Pero mira, estoy en Bari y me siento bien. Hace un día raro, caluroso pero con un cielo gris, viento y bastantes nubes negras en el horizonte. Salimos dirección este, primer objetivo Matera y los Sassi; a los 20 km se pone a llover, ale, a sacar los trajes de agua otra vez. Llegamos a Matera y llueve mucho, no sé exactamente que venimos a ver, yo vi una imagen aérea de un pueblo antiguo y nosotros sólo vemos una ciudad-ciudad, tras 4 vueltas por allí pasando siempre por la misma rotonda me desespero y mando a tomar por culo a Matera (y a los Sassis). Matera 1 – Moteros 0.

Entre autovías, tormentas y niebla llegamos a Salerno, me he saltado la salida de la costa amalfitana y hemos entrado en la ciudad. Tengo hambre y entro en un horno pizzería, no tienen pizza, Italiaaaaaaaaa. Me compro una bola de arroz relleno de carne que está muy buena. Hay un tipo con cara de loco que nos mira desde una cabina de teléfono, joder, que ésto está al lado de Nápoles, ahora viene una furgoneta y nos levantan las motos sin enterarnos. Jiji-jaja pero nos vamos. Hacemos otra parada enfrente del puerto, hay una pizzeria con pizza, nuestra primera pizza de este periplo italiano. Pizzeria I Gladiatori, regentada por una mujer rusa, Italiaaaaaaaaaaa. Me sabe a gloria.

Llegamos al principio de la carretera de la costa amalfitana, estrechita, me mola el pito del autobús con melodía que hace sonar en cada curva cerrada. Por algunas curvas no pasan dos coches y se montan algunas colas; poco a poco y observando a los lugareños vamos haciendo nuestras prácticas para obtener el carnet de moto italiano. Las vistas en algún punto son muy bonitas, es parecido a Cinque Terre solo que por aquí los pueblos no son tan bonitos aunque si más accesibles. Encantadora decadencia italiana en mil detalles, películas de Fellini que nunca vi.

Sin prisas vamos pasando pueblecitos, calas, mil hoteles con vistas; me gustan los Fiat 500 y alguna vespa apoyada en los muros de las casas.

No es una zona de lujo desmedido, todo es bastante antiguo pero no creáis, es difícil encontrar hoteles por menos de 150 €. Tardamos 3 horas en recorrer los 60 km de la costa, entramos en Positano, abusivamente turístico, pero con encanto, de noche debe molar. Sigue haciendo un extraño día, nuboso y soleado que crea bonitos contraluces en el mar.

Veo Capri muy de refilón entre las nubes escondida en su Tirreno, si que vemos entero el enorme Vesubio. Quiero volver a ver Pompeia y Nápoles.

Llegamos a Sorrento. Examen final de carnet de moto italiano. Si tu carril está parado sales al otro que el que venga de frente ya se apartará si tiene sitio, es así!, no dicen nada, el sitio es para el más rápido y hábil. Aún con ello, 30 minutos para 9 km. Si en el norte del país la linea contínua tiene poco sentido, imaginad aquí.

Nada más salir de allí cruzamos un túnel, empieza a llover mogollón y nosotros sin traje de agua puesto. Paramos debajo de un paso elevado donde ya hay 3 motorinos italianos refugiados, nos hacen sitio. Jesús habla con el más normal en inglés, a mi me tocan los «peculiares», uno no dice nada, pero el otro no para de hablarme en un italiano que no se entiende nada. Al final me toca los intermitentes, ahhhhhhh, que ponga las emergencias, vale amigo, voy.  El amigo de Jesús dice que ayer fue a la playa y se estaba muy bien. Para un poco la lluvia y nos despedimos, nosotros con traje de agua, ellos en bañador, que suerte!

Tras un tramo de autopista en obras, de noche y lloviendo bordeamos Nápoles y llegamos al hotel en Caserta gracias a mi ángel salvador Jesús que ve de noche como un lince, con la visera mojada y mirando el GPS. Yo creo que no es humano, le he contado mi teoría sobre él y se ha quedado pensativo.

Salgo a cenar lloviendo y en chanclas. Como pizza en un sitio y bebo cerveza en el de al lado. En 10 minutos, 10 historias.Definitivamente amo Italia. Me piace tantissssimo…

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